viernes, 17 de junio de 2011

Todo lo que sube, baja

Leo estos días en los periódicos de información provincial la crónica de una muerte anunciada, a saber, la caída en desgracia del ripollismo, aquella familia minoritaria del PP que dominaba la provincia de Alicante con supuesta mano de hierro. Las pérdidas de las alcaldías de ciudades tan importantes como Orihuela, Alcoy y Villena, sumadas a las de pueblos claramente ripollistas, como Pinoso, han erosionado tanto el poder de Ripoll, torpedeado por los campistas con Sonia Castedo y Adela Pedrosa a la cabeza, que finalmente su "cabeza ha sido cortada". Ripoll se ha quedado fuera de la Diputación, y con él caen en desgracia todos sus fervientes seguidores, el exalcalde de Alcoy, Jorge Sedano, la exalcaldesa de Villena, Celia Lledó, y por supuesto la otrora todopoderosa nº 2 de Diputación, Mari Carmen Jiménez.
Eso sí, los considerados ripollistas moderados (yo diría los que ya se han cambiado de chaqueta), Mónica Lorente, la exalcaldesa de Orihuela, y el alcalde de Petrer, Pascual Díaz, sí han sido incluidos en la lista del PP para Diputación. Es el fin del ripollismo, que mantenía su poder en Alicante como una taifa profundamente deteriorada por los casos de corrupción (Brugal, Ortiz, etc.).
Quienes presumían en Pinoso de tener las puertas abiertas de Diputación para todo se precipitaron. Ahora les toca cambiar el paso sobre la marcha, aunque tampoco es muy difícil, solo tienen que arrimarse poco a poco a los nuevos poderosos.
En fin, todo lo que sube, baja.

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