jueves, 13 de agosto de 2009

Un poema

Me ha llegado al correo de este blog un poema de Pedro Vidal que no me resisto a publicar aquí. Creo que el sentido de la crítica que transmite la poesía es bien claro pero dejo a los lectores que lo interpreten a su gusto.

Cuando en ti pienso

me pongo a temblar,

pues no sé cuantos trajes,

con intereses,

aún tendré que pagar.

¡Qué suerte tener amigos

valorados en un huevo…

o más!

La tela te regalan,

otra tela se llevan…

y en paz.

En este cambio pierde y paga,

el de siempre,

y aquí no pasa “na”.

Ante tales maravillas,

muchos hay que, asombrados,

aplauden a rabiar,

sin caer en la cuenta que,

mientras unos van trajeados,

ellos quedan, cual borregos…

esquilados.

Y es que el refrán ya lo explica:

“sarna con gusto, no pica”.

Y a más abundamiento

seguimos instalados

en supina ignorancia

gritando como antaño…

¡Vivan las “caenas” ¡

Y todos tan contentos.

Pero sigamos.

Recuerdo con tristeza

a quien por una gallina robar

la justicia vino a regalar

en sentencia firme y segura

traje a rayas de tela burda.

Aquí y ahora la cosa va

de tela fina de verdad,

fina cuando la poner

y más fina cuando la quitar.

Por todo lo relatado

y si justicia es ciega según dicen,

sorda y sin olfato yo añado.

Sorda por no escuchar

el silencioso clamor popular.

Sin olfato por no haber olido

lo que apesta… por podrido.

¡Hay San José bendito ¡

¡Hay Virgencita del Pilar¡

Cuándo nos vamos a librar

de las gentes de domingo a misa

y entre semana… a ordeñar.

Y a chupar, chupar y chupar,

de la teta, claro está…

sin parar.

Este aprendiz de poeta,

desde la pinosera Herrada,

os manda con simpatía

este simulacro de poesía.

No hay en ella interés oculto

ni encierra intención aviesa.

A modo de divertimento, solo trato,

de haceros sonreír un rato.

Pedro.

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