jueves, 2 de julio de 2009

Fascismo en el siglo XXI


Hace un par de días todos los grupos políticos representados en el Ayuntamiento de Madrid, incluido el PP, tomaron una decisión que hace justicia, a saber, retiraron todos los honores que la ciudad de Madrid había concedido al dictador Francisco Franco. Me alegré enormemente, aunque esta decisión podía haber llegado hace muchos años, nunca es tarde.
Son ya cuatro gatos los nostálgicos del franquismo, gracias a Dios, pero todavía, en el 2009, alguno utiliza la libertad de expresión que nunca hubo durante la dictadura para criticar esa decisión democrática que califica de "afrenta injustificada", declarar su "lealtad a Francisco Franco", decir que la dictadura fue un "período de paz constructivo y eficiente", y que los promotores de la moción (los partidos de izquierda) son los "herederos de los fusilamientos de Paracuellos". Este personaje anacrónico, llamado Utrera Molina, fue ministro de Vivienda con Franco, además de ministro secretario del movimiento.

Además de mentir, este señor, libremente, critica una ley aprobada por el Parlamento porque estamos en una democracia, aunque lo que él añora es la dictadura. Es triste que personajes de esta calaña todavía tengan voz en un periódico de prestigio como ABC, donde se publicó este artículo.
¿Se puede utilizar la libertad de expresión para defender a un dictador que protagonizó una de las etapas más negras de la historia de España?

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